viernes, 8 de mayo de 2015


Madre tierra

25 de abril del 2015

Nosotros los  totonacos que hemos habitado históricamente estas tierras del Totonacapan de la Sierra Norte del Estado de Puebla, somos del Kgoyomachuchut tsipi (ahora Huehuetla), nos dirigimos a ustedes con la finalidad de darles a conocer nuestra palabra, para hacer conciencia del respeto y cuidado que debemos mantener con nuestra madre tierra.

Nosotr@s nos reconocemos del pueblo akgtutu naku, hij@s de estas tierras. Vivimos por la Tierra. Tenemos un origen y una historia propia, de allí  viene nuestra sangre y nuestro idioma; nuestra organización, nuestros cargos y servicios a favor del pueblo; principios y pensamientos propios tradiciones y costumbres; danzas  y ropa; música y nuestras fiestas.

En el corazón de nuestra manera de ver y entender el mundo y la vida, se encuentra Kimpuchinakan y Kimpaxcatsikan: por eso también, en el centro de nuestro pueblo está la presencia de Dios. Sabemos que todo lo que hay en la vida y nuestra vida misma es obra de nuetro padre y madre de la vida. El primero que dio su servicio, el primer danzante, el primero que sembró lo que hay… lo hizo para ponernos ejemplo del respeto al proyecto de vida.


Cuando hablamos de nuestra madre tierra, es porque de ella sale lo que nos mantiene en movimiento: maíz, frijol, quelite, calabaza, naranja, maracuyá... lo que nos cura: albaca, ruda, limón, hoja santa... lo que adorna nuestras fiestas... tepejilote, cucharilla, limonaria. También nos cobija para poder construir nuestras casas, poder mantener a los animales que nos acompañan: perro, gato, pollo, guajolote, tejon, ardilla... Es guardiana del agua, de los árboles, de las cuevas, de nuestros lugares sagrados como el Kgoyomachuchut: donde nuestros abuelos fundaron el pueblo y el  caxuhuachuchut donde estaba  Kinpuchinakan descansando. Es ella la que nos recogerá cuando muéranos, ahí llegaremos descansar.

Por eso es que nuestro pueblo mantiene con la tierra una relación mística; nuestra Madre, porque nosotros no la poseemos, sino que es la tierra la que nos posee a nosotr@s, más aún los indígena somos tierra, por eso hay en nuestra comunidades un amor entrañable a la tierra y un profundo respeto ecológico que debemos conservar y continuar. Trabajar la tierra tiene un sentido profundamente humanizante, dado que mediante dicho trabajo no sólo se construye, mantiene y se desarrolla nuestra comunidad, sino que incluso se respetan los tiempos de la vida y el equilibrio de la ecología que garantiza la sobrevivencia de toda la humanidad.

La tierra para nosotros, no es solamente un lugar geográfico o un medio de producción; es sobre todo un espacio religioso, lugar de nuestros mitos, celebraciones y fiestas, finalmente, el lugar de nuestra esperanza y nuestra identidad, donde podemos vivir y llegar a morir en paz. Somos del color de la tierra.

Actualmente nos sentimos desconcentrados cuando notamos el asecho de grupos que destruyen la vida, observamos que la tierra se ha profanado transformándola en una mercancía. Esto tiene como consecuencia un despojo planeado y progresivo de nuestro territorio, produciendo no solo la muerte de nuestra cultura, sino también de nuestras propias comunidades. Por eso es el llamado a nuestro pueblo para que de manera organizada  cambiemos este tipo de opresión.


Es nuestra responsabilidad trabajar por defender nuestras tierras; organizándonos para mantenerlas, busquemos formas para conservar la tierra a través de insecticidas y abonos orgánicos, mediante la recuperación de nuestras ancestrales técnicas de trabajar la tierra, incorporando cuando así se requiere las técnicas modernas que nos refuercen en el mantenimiento de nuestra Madre Tierra.


Los Totonacos y las Totonacas en nuestro pueblo  debemos informarnos, juntarnos y actuar por hacer la experiencia de Dios Padre y Madre que nos exige  participar a todos los hombres y las mujeres en los movimientos que están manteniendo la vida, porque solo así mantendremos la sobrevivencia de nuestros hijos, y la consecución de los anhelos que pensamos.

Seamos cocientes y sujetos de nuestra situación actual, ya que nuestro pueblo esta siendo re colonizando por estos interese que se esconden tras los gobiernos, que  se escudan en espacios populares para desde ahí desgastarnos, que negocian con la vida de nuestras generaciones y la nuestra.

Por eso nos sumamos a todos aquellos procesos organizativos que  desde acciones comunitarias, van haciendo realidad el proyecto de nuestro pueblos... vida digna, economía solidaria, educación liberadora, medicina natural, ejercicio de nuestro derechos históricos, practicas etnoagricolas... estamos en lucha contra el sistema capitalista, desde el proyecto de vida.

Porque no se nos olvida que con el nombre de indios nos conquistaron y con el nombre de indios nos liberaremos.

Miembros, socios, socias y directiva de la Organización Independiente Totonaca







La OIT y el proyecto de vida
20 de abril del 2015
Estos somos, así caminamos…

Nuestra Organización Independiente Totonaca (OIT), la  constituimos nosotros los indígenas Totonacos, que como pueblo queremos la libre autodeterminación de nuestro destino al cual tenemos derecho.

Nuestro origen está en los asentamientos totonacos  se inició en el Tajin, después nuestros abuelos se desplazaron hacia lo que conocemos como el Kgoyomachuchut[1], lugar donde se fundó nuestra comunidad que después se nombraría Huehuetla.

La historia de nuestro pueblo ha sido difícil y en constante agresión... hemos  vivido el  despojo, ya que sabemos que algunos  arrieros que pasaban por el pueblo establecieron las primeras tiendas donde se compraban los productos como el café, la pimienta, la panela, la vainilla, la cal, entre otros. Así mismo se ofrecían otros productos. Estas tiendas comenzaron a dar aguardiente a nuestros abuelos para que se emborracharan y se hicieran viciosos. Con esto lograban  despojarlos de propiedades o  mal pagar los productos. 

Es entonces que  las injusticias… se dieron cuando estas personas se comenzaron volver caciques  siendo ellos los que ocuparon los terrenos del centro y de más propiedades en los alrededores que fueron sus potreros de ganado, lo que ocasionó que la mayoría de los habitantes originarios se desplazaran a las orillas del centro o a lugares del cerro o a superficies accidentadas .  Este grupo de personas se hicieron del control comercial, de gobierno, entre otros.

Se impuso un ambiente de menosprecio a la cultura totonaca expresando en términos como naco, peoncito… la vida de las comunidades sin embargo se mantenía por medio de las danzas, las faenas, las fiestas, los servicios y cargos, las prácticas tradicionales en la agricultura, la medicina tradicional.

Es en 1959 que llega a la comunidad el Padre Juan Ramírez[2] quien al notar la situación de injusticia en el pueblo, pide la colaboración de las Misioneras Carmelitas de Santa Teresa del Niño Jesús quienes para 1960 inician la primera escuela de formación de alfabetización y educación. Iniciando la labor de preparar a los miembros del pueblo para que sean ellos quienes asuman el destino de  su pueblo. De estas generaciones surgen los catequistas  que estarán efectuando la conciencia en los hermanos de las comunidades, desde la labor pastoral.

En 1986 se conforman las Comunidades Eclesiales de Base (CEBS) siendo estos grupos en cada comunidad los que profundizan las reflexiones en torno a lo que está lastimando al pueblo. Para 1989 después de un proceso de formación y concientización se llega a la conclusión de que se debe de conformar una organización que recupere y defienda la situación del pueblo, es entonces que el 22 de julio en el mercado municipal se tiene la asamblea para constituir la Organización independiente Totonaca (OIT).


Es por eso que nosotros nos reconocemos Totonacos, Hijos de estas tierras. Vivimos por la Tierra. Tenemos un origen y una historia propia, de allí  viene nuestra sangre y nuestro idioma; nuestra organización, nuestros cargos y servicios a favor del pueblo; principios y pensamientos propios tradiciones y costumbres; danzas  y ropa; música y nuestras fiestas.
Sobre este pensamiento hemos trabajado por dignificar la vida de nuestros herman@s del pueblo totonaco. Hemos logrado llegar de manera legítima y legal al ayuntamiento por tres trienios (1990-1999), estando en esta labor abrimos los ojos y notamos que hay un sistema de opresión que va corrompiendo.

"Ya llegamos a la presidencia pero no sabemos escribir en la máquina, no entendemos los papeles que vienen de Puebla, no sabemos escribir un acta… tenemos conocimientos del servicio en el pueblo, pero en los cargos de la presidencia hay otros trabajos que son nuevos… afortunadamente están los Padres, las Hermanas Carmelitas y algunos licenciados solidarios que  nos acompañan… pero nuestr@s hij@s y niet@s deben de estar más preparados para que ell@s sean los que carguen el pueblo cuando nos hayamos cansado". (Palabra socios de la OIT)
Nos dimos cuenta de que debíamos de aprender más y que tenemos que abrazar a nuestro pueblo, para que no, nos perdamos. Es por eso que en el año de 1994 se vivió un difícil pero importante momento. Se quería cerrar la preparatoria de nombre Preparatoria Huehuetla[3] debido a  varias razones:

·    Había un grupo de familias del centro no estaban de acuerdo de que la Mtra. María Isabel Guiot Vázquez (entonces directora  de la  preparatoria) estuviera apoyando a jóvenes y señoritas de las comunidades (con becas CONAFE) antes que a sus hijos. Además de que se estaba generando un ambiente de mentiras entorno a la Mtra. María Isabel Guiot Vázquez por tener simpatía con la OIT y no con el grupo del centro.  

·        La Secretaria de Educación Pública del estado había  otorgado una clave temporal, por lo que no daba un subsidio para tener una planta docente completa y la administración del centro.

·        La maestra suspendió a algunos jóvenes de las clases ya que llegaron alcoholizados al plantel, pero esto alumnos eran hijos de las familias del centro lo que ocasionó que los padres de los jóvenes decidieran tomar la escuela y cerrarla, argumentando una serie de irregularidades y pidiendo que la SEP interviniera.

Cuando los padres de los jóvenes de las comunidades se enteraron de que se había cerrado la escuela, se decidieron bajar para conocer la situación. Los padres que habían tomado la escuela, al notar que los miembros de las comunidades se reunían en la plaza municipal, llenado esta, se atemorizaron  y pidieron apoyo al ayuntamiento indígena para evitar un linchamiento ya que las personas de las comunidades (en el caso de los hombres) llevan el machete porque es su herramienta de trabajo.

La SEP al notar lo que ocurría se deslinda de la situación, quita la clave temporal y la Mtra. María Isabel Guiot Vázquez se retira al terminar el periodo escolar. Pero antes le pidió a la OIT y el Ayuntamiento Indígena que sumieran el proyecto para que  no se perdiera, ya que los más afectados serían los jóvenes que no podrían viajar para continuar con sus estudios.

Se tiene la fortuna de contactar al Mtro. Gabriel Salom director del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural (CESDER), quien ofrece su apoyo y pide que un equipo de Huehuetla acuda a la comunidad  Zautla (lugar donde se encuentra el CESDER) para que tengan un curso de formación. 

Para el 13 de septiembre 1994 inicio su primer ciclo escolar el Centro de Estudios Superiores Indígenas Kgoyom. El 13 de octubre se firma el convenio de colaboración OIT-CESDER, en el cual se cobija a los jóvenes estudiantes para que tengan un certificado que valide su formación académica.

En el año 2002 se logra tener la clave temporal de la SEP: 21PBH0179Q, esto hace posible que se tengan las becas de Progresa (Oportunidades y ahora Prospera) para los estudiantes. Así como el convenio de colaboración con la BUAP: 8191 con el cual se tiene la condonación de pagos de los trámites administrativos para nuestros estudiantes. Lo que permite que no se les cobren colegiaturas a los padres de los estudiantes que están en la preparatoria.



Lo que hacemos

Conforme a la naturaleza de la OIT, el CESIK actúa y funciona con carácter de institución educativa colectiva buscando realizar un estilo de vida comunitario. En base a las propuestas que muestra la vida toda del pueblo totonaco, teniendo como metas:

·   Lograr que los alumnos y las alumnas tengan una mentalidad  de apoyo y de servicio a su comunidad, esto por medio de espacios internos como las plenarias de los maestr@s, estudiantes y padres-madres de familia. Acompañamos el proceso académico de tal modo que vinculamos la curricula general de las preparatorias, con los conocimientos locales  y tenemos espacios donde se fomentan habilidades en el trabajo desde una actitud de cooperación, de solidaridad, de servicio, de igualdad y de hermandad.
·         En este mundo orientado por una lógica capitalista y de una sociedad de consumo, vamos teniendo espacios de reflexión en la que nuestr@s compañer@s estudiantes mantengan la raíz del pueblo partiendo de la cosmovisión totonaca, ahora y después.
·     Por eso  es que vinculamos  a la juventud con nuestra historia y con el proyecto de vida de su pueblo. De ahí la importancia  de que los compañeros que somos parte del  CESIK (estudiantes, padres de familia, maestr@s, directiv@s, soci@s y miembros OIT) vallamos conociendo, experienciando y vinculando los saberes  con la intensión de propiciar un espacio donde una  pedagogía de lo posible, de los diverso, de lo ético, donde somos y vamos siendo.


Nuestros retos

Impulsar nuestros espacios de cooperativas para tener los recursos económicos que permitan solventar algunos gastos básicos para nuestros compañeros colaboradores, ya que no cobramos colegiaturas, por lo tanto las personas que colaboran lo hacen de manera solidaria y en su mayoría solventan sus gastos en trabajos extras o alternos a la escuela.

Fortalecer nuestras materias propias, ya que en este contexto de competencias  notamos que está siendo una manera en la que se busca excluir y sectorizar los proceso educativos y por lo tanto la posibilidad de orientar y motivar el  estudio como un acto liberador, un acto de amor. Consideramos que la educación se está tratando de usar como un instrumento de despojo, frustración, desarraigo, mercantilización para con   procesos populares.

Conocer otras experiencias educativas desde las experiencias estudiantiles, organizaciones populares y colectivos para poder compartir nuestras experiencias, nutriendo nuestros procesos. Nos han pedido nuestros compañeros de la OIT que hagamos del  CESIK una casa del pueblo, porque la educación es un acto de liberación, la grieta al capitalismo. Este inmueble inicio como banco de granos para resguardar las semillas y asi compartirlas a las personas que no tuvieran. Ahora este semillero de conocimientos, amor por lo propio, estudio, dignidad, lucha, responsabilidad y colaboración con el proyecto de vida.


Estamos andando y en el camino nos encontramos…


Pablo Ramírez Pérez secretario OIT y colaborador CESIK

[1] se tiene referencia de que el asentamiento de los primeros totonacos fue en el año 1009. Este lugar se encuentra en la entrada a la comunidad de Lipuntahuaca, Huehuetla.
[2] Primer párroco de la comunidad de Hueheutla.
[3][3]Inicio en el año de 1984 debido a la necesidad de que los jóvenes y señoritas continuaran su formación después dela telesecundaria